HISTORY OF MISOGYNY: ON ABORTION

 

Susana Pardo

 

 


HISTORY OF MISOGYNY: ON ABORTION


 

 

Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España.

 

Los abortos no seguros causan la muerte de unas 47.000 mujeres cada año y otros cinco millones sufren alguna forma de discapacidad temporal o permanente. […] Las cuestiones relacionadas con el acceso a un aborto seguro y legal son la esencia del derecho fundamental de la mujer a la igualdad, privacidad y salud física y mental, y estas son condiciones previas para el disfrute de otros derechos y libertades. […] Los Estados deben actuar ahora para permitir abortos seguros y legales para mujeres y niñas. […]

Expertos de la ONU en derechos humanos.

 

Estamos asistiendo a una fase del movimiento feminista, más global y desacomplejada, que ya no queda relegado a los sectores del arte y el pensamiento más o menos elitistas. La cultura ha sido un potente motor social en los últimos 50 años, gracias a la cual se han llevado a cabo los mayores logros para la mujer en la historia de nuestra democracia; sin embargo, la relación arte, Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España.pensamiento y derechos humanos se ha visibilizado poco en los medios de comunicación de masas. Es posible que el debate explícito sobre los derechos de la mujer, en estos últimos tiempos, se esté abriendo a todos los agentes sociales y áreas disciplinares. Las redes sociales y movimientos como #MeToo, contribuyen a que cuestiones relacionadas con la restricción de derechos salgan a la superficie; sin embargo, sigue habiendo aspectos relativos al cuerpo de las mujeres, su emancipación con respecto al control social, el derecho a decidir en asuntos relacionados con el acceso a servicios de aborto legal y seguro, que no interesa abordar, ya que tiene importantes costes sociales y políticos.

Coincido con Aurora Fernández-Polanco en su ensayo Otro mundo es posible ¿Qué puede el arte? (1) donde destaca la acción titulada “Algunas cosas que usted no puede saber por los medios” del colectivo brasileño, Movimiento sem teto do centro, cuando confiesa el desengaño que antes o después hemos sufrido los que crecimos en una época donde lo que salía en las imágenes de los medios era una realidad irrefutable.

A pesar de los avances de las sociedades occidentales, incluso en aquellos países donde existe un interés especial por acabar con esta discriminación, el día a día nos enfrenta con una evidente disparidad práctica en cuestión de género; es por eso que artistas, pensadores y científicos deben permanecer atentos para visibilizar leyes o conductas que impliquen un retroceso en logros y derechos para la igualdad de género. Desde luego que los problemas surgen más agudamente en países en vías de desarrollo, con gobiernos autoritarios o donde la religión y el Estado están estrechamente vinculados; y es ahí donde hemos de emplear la imaginación para acabar con la discriminación entre personas de diferentes categorías, que afecta a mujeres, pero también a niños y ancianos, considerando que se puede ejercer el control de su cuerpo y mente, de sus emociones y su lugar en el mundo. Exposición de Laia Abril (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, video y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant y Prix de la Photo Madame Figaro por su exposición en Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España.

Y este es el punto de partida de Laia Abril, el miedo que generó una propuesta de ley del Partido popular en 2015 que pretendía restringir ciertos derechos de la ley del aborto. Me pregunto, en los términos de Fernández Polanco, si otro mundo es posible y en qué medida la expresión plástica y las imágenes pueden contribuir a formular un debate que vaya más allá de la superficie estética de la fotografía para un conocimiento más profundo de la realidad y generar una reflexión que pueda proyectarse hacia una transformación de futuro.

¿Cómo puede la fotografía relatarnos la misoginia? ¿Hasta dónde se pueden atrapar los conceptos de violencia, brutalidad, injusticia o maltrato psicológico a través de un relato visual sin acometer el papel de fotoperiodista ni caer en la escenificación o espectacularización?

La fotografía se maneja entre la posición del testigo de los hechos y la construcción de relatos. En Breve historia de la fotografía Walter Benjamin (2) trataba de explicar cómo la cámara constituía un ojo que venía a ampliar el ojo humano; entendía que el ojo ve y asimila un espectro reducido de lo visible, es decir, aquello que reconoce porque pertenece al marco de lo que puede percibir y entender; mientras que la cámara posee recursos para capturar lo imperceptible por el ojo y desde luego lo no razonable, lo que él llamaba “el inconsciente óptico”. De esta manera, la tecnología fotográfica añadía cualidades al individuo dotándole de la capacidad de conocer su mundo con más precisión, ya que puede ahondar más en la realidad.

Sin embargo, la sugerencia de Laia Abril, va por otros derroteros. Ella quiere hacernos ver un drama sin representarlo. No le interesa el morbo, ni lo desagradable; simplemente quiere hacer visible lo que está oculto bajo las miles de historias que sufren las Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España. mujeres que se enfrentan a una necesidad que les está vetada. En este trabajo lo inconsciente óptico no son las imágenes a todo color e hiperrealistas de hechos a los que evidentemente no tenemos acceso, a pesar de que no dejan de ocurrir cada día (más de 47.000 mujeres mueren al año víctimas de abortos ilegales en el mundo); por el contrario, lo que se nos da a ver es un horror que hay que imaginar, donde las imágenes son soporte de un contenido connotado (3) . Las imágenes están ahí para acompañarnos a reflexionar y reconstruir el verdadero drama. Hannah Arendt describía la imaginación como “la facultad de hacer presente aquello que está ausente, la facultad de la representación” (4) ; es así cómo la imagen no fotografiada por la artista se recompone como imagen mental y única en cada espectador y que está en relación con los contenidos no explícitos o connotados de las imágenes.

De esta manera, el arte y la experiencia artística deben ir más allá de la observación de lo que acontece, del documento social o la mera información, enriqueciendo las imágenes con una poesía ética y estética que implica plasmar lo que hay, pero también lo que no hay pero se percibe, o lo que ha sido o podría ser. Encontrar el medio, el lenguaje o la forma de conjugar todas las posibles opciones a percibir es la complejidad que se busca en las imágenes artísticas, porque se corresponde con la complejidad y diversidad de nuestras sociedades y la conciencia que en ellas habita. Las imágenes son colaboradoras, directamente implicadas, en la transmisión de mensajes de realidad múltiple; pueden ser ambiguas y confusas, y sin embargo siempre nos dejamos cautivar por la ventana que nos abre al conocimiento. Un conocimiento que no siempre es explícito o denotado, sino que la mayoría de Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España. veces  está oculto en estratos en los que hay que sumergirse y decodificar para comprender los significados connotados.

En esta exposición se articula el activismo de micro-resistencia a lo establecido por consenso y que está íntimamente asociado al régimen estético del arte; esta relación manifiesta una mayor eficacia y discernimiento de lo disonante en la sumisión a la lógica de las leyes e ideologías establecidas. De tal manera que, la fotografía se desliga de lo representado, para provocar, desde una percepción libre, nuevas conexiones que nos dé a ver las imágenes desde una perspectiva amplificada.

A History of Misogyny: On abortion nos presenta un relato visual que no pretende hacer un balance de la historia del aborto, sino construir una memoria tangencial de la realidad ante un derecho reconocido por instituciones bienintencionadas pero con limitada repercusión a pie de calle en el siglo XXI. La exhaustiva investigación no responde a una metodología única sino que organiza la información de manera multidimensional para circunscribir una temática concreta que, aunque afecta a las mujeres en primera persona, revierte en la sociedad al completo.

A través de este trabajo se desvelan dos características que tienen que ver directamente con el estatuto ontológico de la fotografía. Por un lado, está la enorme dificultad que tiene la fotografía de representar la violencia y el horror en toda su magnitud. Por sus limitaciones físicas y su subjetividad, el instante que capta la cámara va a ser parcial e insuficiente. Ninguna imagen, ni la más contundente ni directa, tiene la capacidad de mostrarnos una realidad absoluta. Es en este punto donde las metáforas cobran sentido y la ficción se hace más necesaria para contar la realidad objetiva una vez recopilados, contrastados y organizados los hechos.

El trabajo de Laia Abril, no sólo supone la creación de una memoria que va a ser crucial para futuros historiadores, sino que al mismo tiempo deja constancia de la ambigüedad epistemológica en la que la fotografía se mueve. La naturaleza de las imágenes es controvertida, además de las limitaciones de presentar el relato completo de la realidad, porque éste puede ser contradictorio o equívoco.

Desde la primera parte de la exposición ya se está planteando la confusión entre pasado y presente, algo que la temática del aborto comparte con la fotografía. La fotógrafa dispone una antigua silla obstétrica junto a imágenes de métodos rudimentarios de Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España.interrupción del embarazo; hay imágenes de ranas (utilizadas como precario test de embarazo) o de una imagen ortodoxa de Jesús llorando por un niño abortado; se enfrentan anuncios de prensa sobre clínicas o médicos que practican abortos; … Podría parecer que estamos frente a imágenes de un pasado lejano, por eso el choque es mayúsculo cuando al leer las cartelas de los anuncios, se comprueba que las clínicas, que se publicitan en prensa a color y con mensajes eufemísticos, ocultan servicios abortivos ofertados en Perú en 2015. Pero esta ambigüedad continúa cuando las fotografías en blanco y negro, técnica que siempre se relaciona con el pasado, se acompañan de testimonios de mujeres recopilados entre 2011 y 2014 en los que cuentan sus historias recientes.

Laia no pretende hacer un trabajo de fotoperiodismo, aunque recurra a su formación periodística para abordar una metodología de investigación previa a la toma de fotografías; tampoco responde a una labor sociológica estricta, ni pretende el rigor del científico; de ninguna manera quiere contribuir a la sobreinformación trivial con sus graves consecuencias en la desmemoria por saturación. La artista ha sabido dosificar las imágenes y los textos para captar la atención del espectador, sea cual sea la razón por las que se acerca a la exposición. Y su mirada es dirigida hacia un mensaje claro: la falta de atención al sufrimiento de la mujer ya sea por cuestiones religiosas, ideológicas, biológicas o bien por restricciones de orden político, social o tabús culturales; pretende una mirada concreta y dirigida a un punto focal, al mismo tiempo que incorpora una asimilación caleidoscópica y transversal.Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España. Esta exposición es una concatenación de imágenes propias y apropiadas de archivos, textos, objetos y recursos audiovisuales, que actúan de pantalla para la narración de la misoginia.

Aquí se incurre en la segunda ambigüedad o contradicción de las imágenes, ¿hasta dónde podemos afirmar que estamos frente a un relato objetivo? ¿o por el contrario solo responde a una visión personal de la artista y por tanto subjetiva y parcial? Las fotografías están mostrándonos un referente real con unos testimonios en primera persona, esas mujeres fotografiadas existen o han existido. La formalización de la narración es voluntad de la artista y esta está al servicio del desarrollo conceptual. Los retratos de las mujeres que entrevista así como las fotos que toma de sus enseres personales, por sí mismos no expresan ningún drama; sin embargo, la elección del blanco y negro y el flash directo no solo dificulta ubicarlas en un momento cronológico sino que además les confiere una cierta gravedad o seriedad.

La artista hace uso de recursos como los desenfoques o la inversión a negativo en las imágenes apropiadas, obtenidas de los archivos que consulta, muy diferentes de los retratos y bodegones nítidos que ella fotografía en sus entrevistas personales. En el primer caso, son mujeres a las que no tuvo acceso, bien porque estaban muertas o porque estaban en prisión. Lo borroso implica la disolución de los contornos, lo que lleva a mimetizarse con el entorno desapareciendo la identidad individual. El desenfoque nos habla de una realidad confusa, desaparece la objetividad que deshace al sujeto; sin embargo, es interesante observar lo borroso como una imprecisión que nos ofrece más a percibir, es decir, una veladura que multiplica lo aparente ya que se Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España.encuentra en un eje intermedio entre lo que somos capaces de ver y lo que está representado, de tal manera que el retratado se vuelve más imagen, pierde corporeidad, es menos sujeto porque se le niegan sus coordenadas de percepción con lo que el drama se magnifica, no sólo porque se disuelve sino porque al mimetizarlo con el medio ese sujeto es cualquiera y es todos, la comunidad, es el sistema que incapacita al individuo a ser él mismo. Por otro lado, al pasar a negativo a las mujeres procesadas, se materializa la criminalización social, se las marca y estigmatiza, algo que es una realidad que se sufre en tantos países donde todavía son violentamente perseguidas.
Nos encontramos ante una exposición fotográfica expandida, en el sentido que se requiere del espectador una colaboración directa con la investigación, trasladándole una doble demanda: por un lado debe hacer un esfuerzo cognitivo a través de la lectura, comprensión y empatía con las historias narradas; y en segundo término ha de identificarse con las imágenes. De esta manera, la exposición de Laia Abril, deja constancia del paradigma que la fotografía comenzó a marcar a partir de las Vanguardias de comienzos del siglo XX: la reproducción técnica de la fotografía acercaba el mundo a cualquier entorno social y democratizaba un medio de expresión plástica y artística donde, contrariamente a lo que se pensaba en el nacimiento de la fotografía un siglo antes, el espectador es parte activa en la recepción y compresión de las imágenes y debe asumir una actitud crítica frente al posicionamiento político y social y de los contenidos ideológicos que alberga toda imagen.

 

 

 

 

Exposición de Laia Abril, (Barcelona, 1986),Artista española, autora de On Abortion, Fotógrafa, artista multidisciplinar que trabaja con fotografía, texto, vídeo y sonido, En 2016 fue galardonada con el Premio Revelación Foto España, Fotopress Grant, y Prix de la Photo Madame Figaroc por Les Rencontres d'Arles A History of Misogyny, chapter one: On Abortion. Su trabajo se ha exhibido internacionalmente en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, China, Polonia, Alemania, Holanda, Suiza, Turquía, Grecia, Francia, Italia y España.

 

 

Las fotografías, objetos y libro del proyecto de Laia Abril, History of Misogyny: On Abortion, fueron expuestos por primera vez en La Feria de fotografía Les Rencontres d’Arles en 2016. Desde entonces, la muestra se halla en itinerancia por ciudades europeas, recalando esta primavera en la Fundación Foto Colectania de Barcelona

Fotografías  de esta exposición: Susana Pardo

 

NOTAS

1. FERNÁNDEZ-POLANCO, Aurora: “Otro mundo es posible ¿Qué puede el arte?”, Estudios Visuales, 4 (2007), pp 126-143.
2. BENJAMIN, Walter: Breve historia de la fotografía. Madrid, Casimiro libros, 2011.
3. BARTHES, Roland: La escritura de lo visible. www.esnips.com/web/Lalia, pp 12-47.
4. FERNÁNDEZ POLANCO, Aurora: “ Historia, montaje e imaginación: sobre imágenes y visibilidades”, en BOZAL, Valeriano: Imágenes para la violencia en el arte contemporáneo. Madrid, La balsa de la medusa 154, 2005, p. 130.

 

 

URL: www.laiaabril.com
Laia Abril  On Abortion   https://vimeo.com/243104473
On Abortion. Laia Abril . FOTOCOLECTANIA   https://www.youtube.com/watch?v=7yp6UG6MARg
Susana Pardo   https://susanapardo.gallery

 

Share

ARTE SOBRE PAPEL – BILBAO 2018

 

Gloria García Fernandez

 

 


ARTE SOBRE PAPEL – BILBAO 2018


 

Feria Bilbao, 2018,el Festival Internacional de Grabado y Arte sobre papel .

 

Con una bienvenida vestida de rosa intenso nos abre las puertas el Festival Internacional de Grabado y Arte sobre papel en el Palacio de Euskalduna de la ciudad de Bilbao.

Feria Bilbao, 2018,el Festival Internacional de Grabado y Arte sobre papel .En esta séptima edición celebrada entre el 15 y 18 de Noviembre una apretada y variada agenda,  nos paseaba por la feria de la mano de talleres, conferencias, demostraciones en directo, visitas guiadas y música para la noche del sábado y otros momentos, siempre bajo el soporte y estructura de más de cincuenta galerías y centros de arte.

Una nueva propuesta llamada AcercArte quiso guiar y enseñar cómo es el mundo del grabado y cómo disfrutar con la adquisición y descubrimiento de este lenguaje tan antiguo como actual.

Australia fue el país invitado junto con Croacia, Reino Unido y Taiwan visibles desde Los cubos de las Tentaciones.

Artistas experimentados mostraban en directo cómo trabajar algunas técnicas de grabado, como es el caso de la xilografia japonesa de Fabiola Gil y Mara Cozzolino y el grabado calcográfico de Sabine Delahaut entre otros. Otros exponían a través de la propuesta Open Portfolio diferentes maneras de mostrar.

Esta feria de Arte sobre papel, trajo artistas que protagonizaron el encuentro de Arte y Mujer a través de los ojos y la palabra de la fotógrafa Ouka Leele y Elssie Ansareo y la interdisciplinar Pilar Soberón.

La muestra pone el arte sobre papel a tu alcance, sin edades, sin prisas, con seriedad y mucho talento. No le pierdas la pista en el 2019. FigBilbao.

 

Feria Bilbao, 2018,el Festival Internacional de Grabado y Arte sobre papel .

 

 

 

ENLACE

 

 

 

Share

LA CARBONERÍA: GALERÍA, PAPEL, IDENTIDAD

 

 

Joseba Acha

 


LA CARBONERÍA: GALERÍA, PAPEL, IDENTIDAD


Levedad, obras de Asun Valet

 

La Carbonería, Galería de Arte

 

María Tosat y Joseba Acha son los responsables de este proyecto. En esta ocasión hemos hablado con Joseba, que nos cuenta el  papel que desempeña un espacio expositivo en una ciudad como Huesca, de aproximadamente 50.000 habitantes y de su apuesta artística, centrada en la obra de arte sobre papel.
Un espacio grande, no tanto por sus dimensiones sino por lo que supone abrir una galería de arte en un momento en que muchos de estos espacios han desaparecido y los que continúan con su actividad tienden a reinventarse, adaptándose a los tiempos que corren.

 

Joseba Acha, galerista, director de la galería La Carbonería de Huesca, España

Joseba Acha

 

La Carbonería, espacio de arte nace en 2004 de la mano de María Jesús Buil, que dirigió el proyecto durante doce años y obtuvo en 2012 el reconocimiento de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte como mejor espacio expositivo de Aragón. Durante este periodo la galería se centró en arte aragonés y español de los siglos XX y XXI.

En 2017 María Tosat y Joseba Acha tomamos las riendas de la galería. Tras un par de meses de trabajo previo, reabrimos las puertas en febrero. El reto de relanzar un proyecto como éste en el que el legado anterior tanto artístico como social tiene tanto peso supone un reto más allá del propio funcionamiento corriente ya que implica responsabilidades hacia los artistas, la ciudad y la genealogía misma de la galería.

 

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Obras sobre papel, Asun Valet-2018

 

La galería a lo largo de su primera etapa estableció una singular relación con la ciudad. Siendo la única galería de arte de Huesca pronto adquirió un papel central en la comunidad artística estableciendo colaboraciones y conexiones con el ámbito institucional y con otros sectores y colectivos, haciéndoles el arte contemporáneo más cercano.

Una galería tiene como objetivo primordial la venta de obras de arte, es la base de su sostenibilidad. Ahora bien, su actividad puede trascender esa función comercial para convertirse también en un lugar de reflexión y un punto de encuentro entre la comunidad artística y la ciudad. Ese fue objetivo para María Jesús y ese es para nosotros, establecer La Carbonería como espacio de pensamiento y debate sobre el arte actual y la utilización del papel.

 

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Obras sobre papel, Asun Valet 2018

 

La galería siempre ha tenido un interés por integrarse en el tejido artístico local y que la relación con los artistas sea muy estrecha de manera natural. La galería juega ese papel centralizado en el tejido artístico por ser la única en la ciudad y tiene la capacidad de dar a conocer el trabajo de los y las artistas locales no solo en Huesca sino también a nivel regional y nacional.

Nos gusta trabajar con creadores del entorno más inmediato, pero también estamos abiertos a que en Huesca pueda verse el trabajo de otros artistas aragoneses o nacionales, cuyo trabajo nos parece interesante apoyar y dar a conocer. Sobre todo teniendo en cuenta el denominador común que tienen todos ellos, la utilización del papel en sus obras de muy diversas formas.

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Obra sobre papel, Asun Valet 2018

La situación económica actual no es un secreto para nadie y condiciona todos los aspectos de la esfera cultural, desde la capacidad de producción de los artistas hasta las programaciones institucionales pasando, por supuesto, por el mercado. Pero hay otros factores menos visibles que están modificando actualmente la relación de la sociedad con las galerías de arte.

La crisis de la vivienda sumada a la precariedad laboral dificulta a los jóvenes el acceso a casas propias. Las mudanzas habituales y las viviendas compartidas (entre sí, con padres y familiares,…) impiden ver la casa como hogar propio, lo que ha provocado que los muebles se hayan convertido en objetos perecederos, en el caso de las obras de arte se vuelve casi un problema de conservación y almacenamiento. Es también comprensible que en una situación de habitual inestabilidad los hábitos de consumo tiendan al corto plazo primando lo nuevo sobre lo duradero.

La relación con el arte también ha cambiado mucho en los últimos años, los hábitos culturales se han transformado especialmente desde el desarrollo de la industria del ocio tal como existe hoy sobre todo a partir de los 70 en la que los relatos abarcan diferentes canales (cine, TV, cómic, y más tarde Internet) y productos (posters, juguetes y demás merchandising). Hoy día

 

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Obras sobre papel, Asun Valet 2018

 

podemos ver cómo la expansión de esta cultura de mercado alcanza medios o códigos antes reservados a expresiones artísticas que poco antes algunos podrían haber rechazado por elitistas (grandes exposiciones dedicadas a series o conciertos sinfónicos de bandas sonoras de películas), lo que relega expresiones artísticas con cargas simbólicas ajenas a esos códigos, a áreas periféricas y que ahonda en una brecha cultural generacional que en España suma además el factor de la Transición.

Esto no quiere decir que el coleccionismo desaparezca, pero sí que en muchos casos generaciones más jóvenes han cambiado el foco a otros elementos. La preponderancia de la cultura de consumo como referente cultural entre quienes crecieron a partir de los 80 provoca que la relación emocional y estética con el objeto se desplace del arte a otros terrenos, desde los cómics al atrezzo de películas o los art toys.

 

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Obras en papel, Asun Valet 2018

 

Por eso el relevo generacional de compradores de arte requiere replantear mucho más que la percepción del precio que a veces se lleva todas las atenciones y no parece tener tanto peso como estos otros factores.

Aunque tanto María como Joseba tenemos experiencia en diferentes aspectos de las artes visuales, no provenimos del ámbito del mercado (nuestra experiencia en galerías en ambos casos ha sido bastante anecdótica) y hemos trabajado además en otro tipo de proyectos en el que las lógicas de producción y relación con el entorno funcionan diferente (cultura comunitaria, programas públicos,…).

Esa experiencia en otros ámbitos de la cultura hace que lleguemos al galerismo con la convicción de que especialmente en el contexto actual, donde el ruido mediático requiere muchas veces de proyectos mayores que otorguen visibilidad y en el que al mismo tiempo las condiciones económicas convierten el crecimiento estructural de la organizaciones en una trampa, la vía de la coproducción es una herramienta fundamental para poder llegar más lejos sin desestabilizarse. La construcción conjunta de proyectos, ciclos, circuitos, en los que se puedan unir recursos e ideas de galerías, residencias artísticas o centros de producción, multiplica exponencialmente el recorrido posible de esas iniciativas.

 

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Obras en papel, Asun Valet, 2018

 

En cualquier caso el galerismo es una actividad que requiere plantearse siempre a largo plazo y nosotros estamos en el inicio. Son incontables las galerías que han nacido recientemente en Europa con el objetivo de establecerse en la cima muy pronto y figurar en revistas, eventos y ferias de primer nivel y no han aguantado los primeros años. Al reabrir la galería nos planteamos la actividad paulatinamente, afianzando las dinámicas diarias y ampliando progresivamente nuestro radio de acción a otro tipo de actividades y formas de trabajo más complejas.

La galería durante la etapa anterior fue paulatinamente dando un espacio mayor a la obra gráfica llegando incluso a realizar ediciones propias. A partir de este factor decidimos tomar el papel, que es un material que siempre nos ha interesado mucho, como elemento principal de nuestra línea de trabajo como soporte y también como materia misma de trabajo.

Al mirar a nuestro alrededor pronto se puede ver cómo el papel está adquiriendo un peso mayor en los últimos tiempos. Los procesos de grabado y estampación han vuelto al foco de artistas jóvenes que buscan experimentar con procesos de producción más artesanales; el collage sigue resultando valioso para crear visuales ‘efectos de extrañamiento’ brechtianos; la versatilidad del papel permite al artista un rango de procedimientos y códigos como pocos al tiempo que resulta un material cercano al espectador… En ARCO 2017, por ejemplo, podían verse en las galerías argentinas (país invitado) numerosas propuestas en papel, ya fueran dibujo, collage o escultura.

 

Galeria La Carbonería, Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española,

 

Por supuesto existe también un factor económico en este uso del papel, facilita la producción y la experimentación, permite crear obras más asequibles y responde muy bien a los formatos pequeños, cada vez más habituales. Con este criterio sustancial trabajamos con artistas de disciplinas, y estilos heterogéneos pero que comparten un elemento nuclear común, definiendo una nueva identidad para la galería.

Respecto a la edad, es natural que se tienda a optar por artistas de edad similar, puesto que son habitualmente más cercanos en los círculos sociales y es fácil que haya más referentes artísticos compartidos. Sin embargo nos interesa romper esas categorías en que se ordenan muchas veces las galerías respecto a la edad o carrera de sus artistas, (jóvenes, media carrera,…) porque en un proyecto con una historia como la de La Carbonería nos parece esencial mantener una continuidad no ya estratégica, sino identitaria, que permita percibir la presencia de Maria Jesús también en el trabajo presente; y también porque siendo la única galería de Huesca hay un componente de responsabilidad con el tejido artístico de reflejar diferentes perspectivas que conviven en nuestro entorno.

 

Galería La Carbonería, Arte contemporaneo, Huesca, España

 

Por otra parte, prestamos especial atención a las mujeres, que a pesar de ser mayoría en escuelas de arte y facultades de bellas artes, son expulsadas del sistema artístico al quedar progresivamente relegadas en becas, residencias, mercado y exposiciones institucionales, generalmente porque son hombres quienes copan jurados y esferas de decisión en el sector. Por eso nos parece necesario dar tiempo y espacio a las propuestas de mujeres e ir aumentando su presencia en nuestra programación y representación. Una galería hoy día no puede limitarse a ser un espacio estático de exhibición y venta de arte sino que debe luchar por romper la barrera de entrada que perciben muchas personas no habituadas y construir una comunidad a su alrededor que le otorgue sentido más allá de lo puramente comercial, facilitar el encuentro y generar debate. Nos planteamos organizar encuentros con artistas y otras personas implicadas en el tejido cultural (comisarias, críticos,…), actividades formativas y otras acciones que puedan salirse más de nuestro ámbito como presentaciones de libros o conciertos.

 

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Obra en papel, Asun Valet 2018

 

Identificamos el sector cultural como un ecosistema y hacemos una lectura del mismo en términos de ecología, valorando la sostenibilidad y la diversidad, las relaciones entre lo autóctono y lo foráneo, el peligro de las especies invasivas. Una lectura así de nuestro contexto nos lleva inevitablemente a establecer objetivos a largo plazo y estrategias de colaboración.

Por eso desde el comienzo hemos establecido colaboraciones con entidades de nuestro entorno, sumando nuestra programación a la de otros agentes culturales como Festival Periferias o BFoto.  Además de esta imbricación con el tejido local, también planteamos una proyección al exterior a través de participación en ferias y compartición de programaciones con otras galerías. En noviembre participamos en MARTE Feria Internacional de Arte de Castellón, presentando el trabajo Against Syntax de Altea Grau (Castellón, 1985), que se presentará en la galería en los meses de abril y mayo. Se trata de una feria con un funcionamiento diferente al habitual, en la que son comisarios quienes seleccionan las galerías participantes en torno a un discurso, en nuestro caso, Realidades de Miguel Mallol, a quien habían hablado de la reapertura y confió en nuestro proyecto tras un par de conversaciones cuando aún no había terminado nuestra primera exposición en la sala. Ese apoyo añadido nos permitió participar en una feria con cierta tranquilidad y confianza de poder preparar con Altea una propuesta un poco más arriesgada, lo que resultó en un premio adquisición Naranjas con Arte. Esperamos continuar con la participación en ferias a partir de este verano, durante una primera fase en España y quizás coyunturalmente en el sur de Francia, para más adelante plantearnos ampliar el círculo.

 

Galería La Carbonería, Arte contemporaneo, Huesca, España

 

Al reiniciar la actividad de La Carbonería lo hacíamos con un conocimiento superficial de cuáles son los mecanismos específicos de una empresa de este tipo. Sin embargo, lo hacíamos también con un bagaje de otros ámbitos que nos da pie a experimentar formas de trabajo ajenas con las que inventarnos el funcionamiento de la galería desde nuestro entorno más cercano hacia fuera en lugar de implantar un modelo preexistente.  En cualquier caso, el estudio de otras galerías y, sobre todo, de modelos de funcionamiento (libros blancos y recomendaciones de asociaciones profesionales) han sido esenciales para establecer un marco de acción en el que trabajar.

Por supuesto, añadido todo esto existen galerías que nos sirven de modelo y que además están siempre dispuestas a ayudarnos a encontrar una vía o aconsejarnos en algún asunto. Se trata de galerías con las que nos une una relación personal y que siempre sentimos cercanas Antonia Puyó (Zaragoza), José de la Fuente (Santander), Set (Valencia) y también Espai Visor (Valencia), con quien compartimos (a una escala y con circunstancias diferentes) el vivir un proceso de transición o La Brocha (Bilbao; más tarde Epelde&Mardaras y hoy desaparecida) que nos parece un ejemplo de construcción de comunidad

.

Obra en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

Asun Valet

 

 Queremos agradecer a  Joseba Acha  su amabilidad y colaboración. Por último recordar brevemente unas citas del texto del catálogo: cuando el hierro ama la seda, que recientemente escribió Victoria Pérez Royo sobre la obra de Asun Valet,  artista de la galería, que expone actualmente, (del 2 de Febrero hasta el 28 de Marzo)  

Estas obras son a la par un mapa por recorrer, un cuerpo que ha dejado su huella, una escena dispuesta a la mirada, un movimiento que pide compañía, o un tiempo que se dilata y acelera, entre otras muchas cosas. Describirlas en relación a uno solo de estos aspectos sería parcial e incompleto. Por eso este texto invita a observarlas a través de una constelación de varias de sus muchas facetas, de modo que cada visitante, de acuerdo con su sensibilidad, interés y curiosidad, pueda decidirse por recorrer las pinturas en un sentido o en otro.

Escena.
Este cuadro es una escena. No es un teatro o un patio de comedias, no hay un exceso de artificio, no hay representación, no se apela con recursos y disfraces a la persona que observa. Pero sí es una escena, una arena donde se desarrolla el drama, el conflicto que se expone a la mirada. Este consiste en el encuentro y la interacción entre materiales, direcciones, colores y texturas: el hierro con el papel, lo rugoso con lo sedoso, el rojo con el gris, la línea con la superficie, el chorro de pintura con la aguada, lo pesado con lo leve.                                                                                                                               

Victoria Pérez Royo

 

Obras en papel de Asun Valet, pintora, pintora abstracta española, Zaragoza, Exposición en la galería La Carbonería en 2018

 

ENLACE    La Carbonería

ENLACE    Asun Valet

ENLACE    Victoria Pérez Royo

Share

LA CASA ENCENDIDA

Eva Villar

LA CASA ENCENDIDA

 

 

Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir. (Mario Benedetti)

 

Entramos por orden riguroso de llegada y en la puerta se nos da un número aleatorio, correspondiente a la butaca que tendremos que ocupar. El mío es el 58, ¿por qué el 58? En fin, no me haré preguntas transcendentales propias de intelectuales, burgueses con tiempo para leer e-books, disfrutar de series en Netflix o acudir a La casa Encendida a ver performance nonsense. Iré al grano:

11 de noviembre de 2016, estación Delicias de Zaragoza, paso sin contratiempos el control del AVE, ni un pitido, limpia de metal y creyéndome enamorada… 10:30 a.m y el tren llega puntual como el reloj de mi móvil. Subo al coche 13, asiento 3 A, empuño mi maleta, la elevo con equilibrio y fuerza encajándola en el compartimento para equipajes, las lumbares tiran… y me pregunto cómo seguir viajando en tren con 20 años más de edad y menos de flexibilidad…pero no, no me haré preguntas, tengo hambre. Zigzageo por el estrecho pasillo hacia el  vagón-cafetería, un sándwich de atún, un vino blanco y todo un robo a mano armada que gracias a las diosas puedo permitirme sin pestañear, si no me tomo el segundo vino no es por ética anti-atracos, sino porque soy perfecta, salvo por mi sentido de la orientación… El escaso que se me concedió en el reparto de inicio a esta vida terrenal, tendré que mantenerlo intacto para poder llegar a la dirección que me dio Nacho, el hombre que conocí aquel fin de semana estival en Lanuza. Volveremos a vernos después de, hace hoy justo, 13 semanas y 3 días.

You are beutifull, really beutifull

“Lo sé”

Nos separan de los amigos… o los familiares… o los conocidos… o con aquellos quienes quiera que hayamos acudido al ritual “performántico”, sola, ya sin Victoria, busco la butaca número 58.

Pita mi wasap.

“Eh, a qué hora venías a Madrid? Espero que todavía no hayas tomado el tren y puedas cambiar el billete. Estoy comenzando a conocer a otra mujer y, por respeto a ella… mejor no nos vemos.”

“ 🙂 ”

¡Qué cuerno! Me tomo ese segundo vino blanco, aunque todavía no lleguen ni a ser las 11 a.m.

Me encanta este lugar donde el carnicero igual te vende un kilo de panceta como que te pone una cerveza y una tapita de carrillada, un DJ ameniza el cotarro. Entre la multitud alguien me sonríe, soy miope y ya con dos vinos blancos y una Mahou fresquita enfoco con dificultad… ¿Victoria Pérez Royo?

¡Qué casualidad! ¿Qué haces aquí? Y tan bien acompañada…(Se refiere al neuyorquino que llevo al lado)

Eso mismo me estaba preguntando yo…

Aunque no nos veamos con frecuencia, el trabajo y las ciudades distantes nos separan, somos amigas desde hace ya más de una década.

¿Tienes algo que hacer hoy a las 21:00 p.m? Estoy comisariando el festival Ser Público en La Casa Encendida y hoy traemos la performance “We are stillwatching” de Ivana Müller, quizá allí descubras por qué estás aquí.

Pues la verdad, no tengo otra cosa que hacer. Acepto.

Atocha, 12:13 p.m., tomo el cercanías y me apeo en Sol, como podría haberme apeado en cualquier otra parte… en realidad ando bastante perdida y con mi escasa orientación definitivamente agonizando, me interrogo qué mierdas hago yo en esta capital… En fin, no es momento de hacerse preguntas transcendentes, iré al grano:

Un negro de los que te quita el hipo me para: “You are beautiful, really beutifull”. Así da gusto salir a la luz… y la verdad es que después del ostión que me metió el pitido del wasap, oír algo así restablece mi ego. “I know, I am beautiful, really beautifull”. El adonis azabache me cuenta que ha llegado de Nueva York a Madrid para jugar un partido de balonmano, que le apetece descubrir la ciudad y que le habían hablado del Mercado de San Fernando, que si lo acompaño. ¡Qué diablos! ¿Y por qué no? El yanqui, mi maleta y yo nos vamos dirección Lavapiés. Llegamos al susodicho mercado justo a las 13:03 p.m. de un 11 de noviembre de 2016. Me encanta. ¿Victoria?

Andy desapareció del mismo modo que apareció, por sorpresa, y Victoria y yo seguimos tapeando entre panceta, carrillada y Mahous.  Miré el reloj de mi móvil y eran las 20:30 p.m cuando ella decidió que era hora de ir a la caza de mi destino.

Butaca 58, ¡encontrada!

Perdona, ¿podrías retirar tu maleta para dejarme paso? (me increpa al que el destino le llevó a la butaca número 59)

Después de dos vinos a.m y tres cervezas p.m., mi orientación definitivamente yace inerme, pero por alto que sea mi grado de desorientación, no hay duda, aquí y ahora, coincido en “We are stillwatching” contigo… El universo cruje, mis huesos se recolocan en el lugar preciso en el que las lumbares ya no duelen… y retiro sin esfuerzo mi maleta para dejarte paso. 45 años estuve esperando a que te sentaras a mi lado. Iré al grano: comienza la función y el público que aquí y ahora coincidimos, toma los guiones que se encuentran bajo las butacas, leemos nuestro papel asignado, subrayado en amarillo.

Performance “We are stillwatching” de Ivana Müller

Número 3: “¿Y hemos pagado para ser nosotros mismos quienes interpretemos la función?”. Número 13: “Eso parece”. Número 3: “¿Decepcionado?”. Número 13: “En absoluto”. Número 58: “45 años estuve esperando a que te sentaras a mi lado”. Número 59: “You are beutifull, really beutifull”.

Y es así como el público, en esta metaperformance, le damos vida al texto… Y ya perdonará la Müller que no lo haya transcrito de manera literal, de hecho es ella la que me incita a la libre interpretación, porque… ¿qué otra vida podríamos darle a un texto sino la de nuestra propia experiencia?…  ¿Acaso no es todo texto activado por su receptor? A fin de cuentas… ¿qué es un texto sin su público?

Se me antoja que tan insustancial como una Moira sin actor. Pero no, no me haré preguntas transcendentales propias de intelectuales, burgueses con tiempo para leer e-books, disfrutar de series en Netflix o acudir a La casa Encendida a ver performance nonsense que solo cobrarán sentido por obra y milagro de su intérprete.

 

Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir. (Mario Benedetti)

 

Share

De la Dialéctica Formal al Yo Soy

Ángeles Marco

De la Dialéctica Formal al Yo Soy

Ángeles Marco (Valencia, 1947-2008),
entre geometrías, recuerdos, proyectos, reflexiones y ausencias.

Román de la Calle

Ángeles Marco, escultora española. De la dialéctica formal al Yo soy.

Cumplida casi una década de la desaparición de Ángeles Marco —sin duda, una de las figuras más destacadas de aquel potente renacer, hoy ya histórico, de la joven escultura, gestado en la transición cultural española— La Galería Espaivisor aborda la asignatura aún pendiente, que supone la organización de una muestra selectiva de sus obras, transformándola conscientemente, además, en merecido homenaje.

Se trata de una exposición centrada en una cuidada suma de piezas, pertenecientes todas ellas a series concretas, realizadas, en su día, en ciclos de calculado trabajo, tal como operaba siempre Ángeles Marco, cuya amplia producción bascula, cronológicamente —en su franja más prolífica— entre los años 1974 y 1992, de aquella recodada Valencia finisecular.

Serie escultórica Ángeles Marco, en la exposición de la galeria de arte Espaivisor de Valencia EspañaHe revisado tales obras —sin prisa y una a una—, enlazando pausadamente recuerdos, silencios y contextos, estrujando así, una vez más, mi personal magdalena proustiana entre los dedos. De hecho, conocí a Ángeles Marco cuando, iniciados los años ochenta, estaba dando por finalizada su importante Serie Modular (1974 / 1980), aunque seguía completando los últimos eslabones del proyecto, henchido de geometrías, de dialécticas formales, de contrastes cromáticos, juegos estructurales, opciones combinatorias e imperativos seriales.

De cara a su consolidación académica, como profesora, faceta vocacional a la que se entregaba sin medida —en la nueva Facultad, recién evolucionada de la histórica Escuela de Bellas Artes— necesitaba Ángeles Marco, igual que el resto de sus colegas docentes, realizar su tesis doctoral. Justo en esa concreta bisagra —al solicitar mi ayuda, como director del proyecto / diálogos entre filosofía y escultura— echó raíces nuestra sólida y dilatada amistad. Conexión labrada en trabajos y estudios conjuntos, al hilo de reflexiones compartidas y colaboraciones intelectuales, desarrolladas en ese obligado paréntesis cronológico, que supuso la realización de su performativa tesis doctoral, transformada en eficaz germen y crisol de sus nuevas series de motivadas propuestas escultóricas.

Recuerdo, perfectamente, que en las preparaciones parsimoniosas de las concretas series Espacios ambiguos / Imagen y Ficción (1980-86) y Entre lo real y lo ilusorio (1986-87) se iban reajustando, incluso, los títulos respectivos, al mismo compás que progresaba la realización de la tesis, ya que fue esta, de hecho, el auténtico banco de pruebas del doble trabajo –investigador y operativo—, que revulsivamente se producía. La tesis fue, por cierto, compleja en su articulación y prolongada en su desarrollo. Se leyó, de forma exitosa, hace ya exactamente treinta años, el 29 de abril de 1987, en la Universidad Politécnica de Valencia, titulándose “Imagen y ficción. Análisis de un proceso creativo en escultura”. Y ese mismo año –palanca innegable—se iniciaron, además, con especial fortaleza, otras fundamentales series como El Tránsito y Salto al vacío (1987-1989), que fueron efectivamente determinantes en su trayectoria.

He de confesar que la idea, sumamente pragmática, de que su tesis debía centrarse en torno a sus nuevos proyectos escultóricos —para que así se reforzara y adquiriera solidez su propio itinerario creativo— era algo que, por mi parte, como profesor de Estética y Teoría de las Artes, solía repetir, como estrategia didáctica, a cuantos apelaron a mi consejo y respaldo académicos, desde aquella facultad, que casi se convirtió –complementariamente— también en la mía. Lo reconozco con satisfacción distanciada, tras los eficaces efectos, por mí, testados, en el transcurso del tiempo.

Aquellos años de intermediación transformadora, ocupados entre la docencia, la investigación y la creatividad directamente aplicada, conformaron, sin duda, para el haber profesional de Ángeles Marco, una etapa crecientemente revulsiva e intensamente sostenida. Lecturas, escritos, conversaciones y proyectos fueron articularse de manera sólida, efectiva y unitaria, dando lugar a “la memoria del taller”.

Negativos. Exposición Ángeles Marco, Escultora española. El otro punto neurálgico, en su trayectoria vital y profesional, se catalizó, asimismo, a mi modo de ver, en torno a la gestación de su muestra paradigmática en el IVAM, “Ángeles Marco. El taller de la memoria” (1992), de la que fui comisario, a petición suya, concretamente montada en el centro del Carmen, que entonces era también sede adjunta de la prestigiosa institución. Una etapa para recordar —sin ira— admirativa y nostálgicamente, en la desigual historia del centro.

La preparación de la muestra —una vez aprobada por el Consejo Rector, del que durante lustros formé parte— supuso asimismo un constante e intenso trabajo conjunto (1990-92). Para mí, el comisariado de la exposición fue, estrictamente hablando, Exposición Ángeles Marco, Escultora española.una especie de efectiva prolongación de su tesis doctoral: el mantenimiento de las mismas estrategias de diálogo, la contextualización pormenorizada de las series anteriores y la gestación de piezas nuevas, enfatizando, siempre, la vigencia de la categoría de “relación” entre todo el conjunto del proyecto / itinerario. Recuerdo que incluso llegamos a decidir que el recorrido, para los visitantes de la muestra en el IVAM, sería, ni más ni menos, una especie de analogía al hecho concreto de visitar –con evidentes afanes didácticos– el taller de la escultora, potenciando momentos / espacios / bloques propositivos / obras y rincones bien diferenciados, en sus respectivos contextos. El cuidado catálogo del evento –hoy documento fundamental– obedeció asimismo a idénticas pautas expositivas.

Soy consciente, ahora, de que estoy redactando este texto 25 años después de aquella muestra, habida en el Instituto Valenciano de Arte Moderno. Me vienen a la mente los trabajos del montaje, las discusiones apasionadas por la selección de cada pieza y su ubicación en los espacios apabullantes del antiguo Convento del Carmen —justamente allí donde ella había cursado sus estudios—, como histórica Escuela de Bellas Artes. Se cerraba así, simbólicamente, un círculo biográfico, a la vez que se consagraba operativamente otro de alcance profesional. Era la primera escultora, en su ámbito intergeneracional valenciano, que exponía, de forma individual, en aquel IVAM de doble sede, que hoy recordamos, en su polémico alcance diacrónico.

Pozo, Escultura de Ángeles Marco, en la exposición de la galeria de arte Espaivisor de Valencia España

Pozo

El lector se hará cargo, pues, de este particular contexto de rememoración, tan marcado, que condiciona y dirige mi escritura, al ir revisando las piezas que conforman esta importante exposición actual de Ángeles Marco, centrada precisamente en el conjunto referencial de cuatro amplias series, fechadas a caballo entre 1974 y 1992, de las cuales, en su taller, aún se hallaban algunas obras disponibles, guardadas por ella, en su fondo de trabajo y paralela colección. Casi, pues, un recorrido de veinte años de producción revisada. Una etapa conjunta, sumamente destacada de su trayectoria. En concreto se exponen trabajos pertenecientes a la Serie Modular (1974-1980), a la Serie El Tránsito & Salto al vacío (1987-89), a la Serie Suplemento (1990-1992) y a la Serie Presente / Instante (1991-92), que constituyen y de-muestran una consolidada depuración en sus trabajos escultóricos, constantemente reflexionados, revisados y complementados.

Sus series nunca se cerraban, ya que podía volver a retomar temas, contrastar materiales, avivar

Enves. Escultura de Ángeles Marco, Escultora española.

Enves

referencias, problemas e ideas —equidistantes, por lo común, de la cotidianidad—, pero llevados, casi siempre también, a sus últimas consecuencias, en su creciente reducción y radicalidad ejercitada. A veces surgidas / despertadas –sus obras– por una reflexión, un contraste conceptual o un suceso, bien procedente del contexto inmediato o bien derivado, quizás, de una lectura específica o simplemente, incluso, de una conversación. Sin embargo, era la atmósfera del taller lo que activaba incisivamente la memoria de lo ya hecho y propiciaba, además, nuevos quehaceres y proyectos.

De ahí surgió el título de la muestra del IVAM y también el de alguna monografía escrita sobre ella y su producción escultórica, que póstumamente le dediqué, como personal tributo y recuerdo (2013).

De hecho, la herencia constructiva, consolidada en su primera serie modular, ya siempre formó, de algún modo, parte de su posterior metodología creativa. Construir, apelando a la depuración minimalista, a la reducción de elementos y a la potenciación relacional entre ellos, siempre — eso sí— apelando además a la recurrencia conceptual y a la motivación asociativa. “No hay obra —mía / para mí— sin pretexto y contexto”, repetía.

A partir de este camino, estrategia y método, tan singulares, podía depurar, reconstruir, conceptualizar y dar respuestas estéticas

Camuflaje. Escultura de Ángeles Marco, Escultora española.

Camuflaje

eficientes, al entramado de sus piezas, de acuerdo con sus propósitos narrativos y de escenificación calculados, atendiendo, en simultaneidad, a las exigencias de los propios materiales (hierros, cauchos, lonas, tejidos varios o negativos fotográficos), de cara a la creación / aprovechamiento de espacios y reubicación de objetos, potenciando marcos / ambientes adecuados para sus instalaciones y/o agenciándose escenografías para sus performances (paneles, cajas, carros, trípodes, monitores, vídeos, estampas originales y textos). Aunque, en el fondo, el motor de sus trabajos se arropaba siempre conceptualmente.

Podríamos rastrear, antropológicamente, en su diversificado quehacer escultórico, la presencia de un plexo estructural de ideas básicas –para ella– como vacío, tránsito, identidad, olvido, ausencia, viaje, situación intersticial o de desequilibrio, pero también de andamiaje, de geometría secreta, de vigilancia, de huida, arropamiento y de rememoración. La auténtica prueba de fuego radicaba, siempre, en cómo versionar / trasladar estratégicamente tales inquietudes conceptuales a las obras, a la selección de los materiales Instalación de Ángeles Marco. Escultora española.que fuesen más adecuados, a la construcción / conformación concreta de la propuesta física y también, finalmente, a las condiciones exigibles a la instalación de la pieza. No concebía, de hecho, Ángeles Marco que se pudiera escindir / aislar la realidad de sus piezas de sus respectivos contextos, de sus génesis correspondientes y de sus finalidades. Cada obra mantenía activa su intrínseca memoria.

En sus exposiciones, apostaba / esperaba que el visitante, en su sagacidad personal, tras su sorpresa / desorientación inicial, hilvanara parsimoniosamente enlaces “entre” los diversos grados de protagonismo presencial, reservados cautelarmente a las ideas, dispositivos y elementos –formales / materiales– constituyentes de sus obras. Tampoco dejaba nunca de reencontrarse —sugerida e involucrada personalmente— en sus propuestas. En realidad, más allá de la autoría exclusiva de sus piezas, dejaba voluntariamente que se filtrasen, en ellas —incluso de forma calculada– sus imágenes preferidas, sus textos, sus huellas, determinadas pistas personales y sus voces e incluso su figura real (Serie Presente / Instante (1991-92) o su impactante Performance fílmica (1999-2001).

Enves - Obertura , Esculturas de Ángeles Marco, Escultora española.

Enves – Obertura

De esta guisa, experimental e incansable, en su explícita carrera hacia adelante, la escultura –teatralizándose entre sus manos— incrementaba los intercambios dialógicos con la música y las palabras habladas, con los videos y las fotografías, con los textos escritos y las secuencias cinematográficas. Acelerada vitalmente, siempre quería más y más, tras sus reflexiones visionarias y sus estrategias en abîme. Lo sé por experiencia.

Incluso, años después, tras los penosos intervalos de su enfermedad y el recurso a otras dedicaciones de alcance terapéutico, ya a mediados del 2005, volvió a citarme, encore une fois, en su taller, para que viera / compartiera las obras que iban a propiciar su “relanzamiento”, me dijo ilusionada. A la vez, me pedía un texto de barandilla para aquella muestra, que tuvo lugar entre septiembre y octubre, de aquel año, en el Claustro de Segovia. El programa propiciado era prácticamente una selectiva relectura —transvisual— de su propio itinerario. Quizás un balance selectivo, que rescataba y releía piezas emblemáticas de algunas de sus series, llevándolas, incluso, más allá de su origen, aunque las dimensiones de las obras se ceñían, más bien, en aquel caso, a sus actualizadas fuerzas físicas de entonces. A pesar de que la intensidad imperativa de su voz ya no era la misma, el brillo de sus ojos sí que se mantenía impertérrito.

El título de la muestra, como siempre, en ella, era sumamente elocuente y encerraba dobles lecturas, entre líneas: “Ángeles Marco. El último minuto”. Sin duda, lo tenía decidido de antemano. De nuevo, el reto, la sorpresa, el preanuncio, el guiño, la ambigüedad y hasta la esperanza tensa tenían allí cabida.

Sólo cuando, motivado por la amable invitación actual de Espaivisor, he necesitado releer de nuevo, ahora, con esfuerzo, mi texto final y reviso las imágenes de

Instalación. Serie El Tránsito de Ángeles Marco, escultora española

Maqueta (Instalación. Serie El Tránsito)

entonces, incluidos ambos –imágenes y texto— en la escueta publicación de aquel 2005 —que guardo testimonialmente en —mi archivo—, creo que entiendo, mejor que nunca, la fuerte polisemia y los múltiples alcances y sentidos que pueden encerrar las palabras escritas hace tiempo y en circunstancias especiales. Todo sea, pues, en homenaje directo a su memoria.

Por eso hablaba, al principio de esta reflexiones, de una asignatura pendiente: la de propiciar una muestra de las obras que permanecían, aún, recogidas en el taller de Ángeles Marco, al que siempre me referí como “el taller de la memoria”, porque todo parecía tener allí cabida. Una muestra que nos ayude a repensar, hoy, intergeneracionalmente, la historia de aquel renacer de la escultura valenciana de la transición, aunque sea de manera reductiva, de la mano de una de sus mejores y más destacadas representantes. Siempre pensé y sigo manteniendo que la memoria no sólo es depósito de recuerdos sino también eficaz palanca de proyectos.

Cuadro video performance. Ángeles Marco, escultora española.

Cuadro video performance

Una última anécdota. Cuando estaba, precisamente, Ángeles Marco proyectando las más polémicas piezas de la Serie Salto al vacío, hacia finales de la década de los ochenta, una tarde, en su taller de la calle Museo, discutíamos, café en mano, sobre la presencia de la memoria, individual y colectiva en su obra y, por mi parte, esgrimí la argumentación del doble sentido, que cabe darle y que vengo de apuntar más arriba, añadiendo además lapidariamente: “la memoria, amiga Ángeles, no siempre

salta hacia atrás, obsesionada en reajustar cuentas con el recuerdo, también, convertida en base de iniciativas, se atreve a saltar hacia el vacío de la aventura inexplorada y futura”. Puntos suspensivos…

 

 

 

Por eso, al iniciar el presente texto he querido homenajearla, como en secreto, oblicuamente, a través del esotérico título, ahora justificado en brevedad, en su contexto de antaño, encuadrado en una acertada decisión expositiva presente.

 

Exposición Ángeles Marco en la Galería Espaivisor

 

Galería Espaivisor: Exposición  de la obra de Ángeles Marco. Hasta el 15 de Septiembre, 2017

Galería Espaivisor  ENLACE

Ángeles Marco       ENLACE

Share
Translate »